Hay momentos de la vida que nos dejan sin palabras, en que mirarnos atónitos es todo lo que podemos hacer. Luego, como una especie de bálsamo que baña el dolor colectivo, llegan los recuerdos.

La partida de un compañero nos lleva, inevitablemente, a construir en medio del dolor, un anecdotario entre quienes caminamos a su lado durante tantos años. 

Reformista desde el principio

Todo comenzó en el Politécnico de Rosario en el año 73. El Movimiento Nacional Reformista fue el primer paso de un largo camino lleno de transformaciones.

 Convocado al proyecto del socialismo por el derrocamiento de Salvador Allende y el influjo de los cambios en América Latina, Miguel encontró una referencia importantísima dentro de la militancia universitaria, la figura de Guillermo Estevez Boero.

Encontró en esa elección del socialismo, una ideología capaz de concretar cambios significativos en la condición de vida de las personas y en el mejoramiento de las instituciones. Fue allí, donde hizo propios los valores que acompañan al socialismo: la transparencia en la función pública y la honestidad. 

 

Un intendente de tiempo completo

Muy pronto llegaría el salto a la Municipalidad de Rosario. Miguel era imparable, un trabajador incansable, un militante de tiempo completo. Fue un dirigente que se formó haciendo, desde que fue convocado por Hermes Binner para trabajar en la gestión socialista de Rosario, en la secretaria del Servicio Público de la Vivienda. ”.

Con Hermes, fue parte de la transformación de Rosario, en educación, en salud, en espacios y servicios públicos, con el plan de descentralización municipal y con la principal meta de la igualdad social, política y económica de la sociedad. 

En todos los espacios que ocupó, siempre se le reconoció la capacidad de trabajo y una tenacidad que lo llevó, permanentemente, a buscar nuevos modos de intervención política  y a ser elegido dos veces como Intendente de Rosario. (Todos escuchamos alguna vez a alguien referirse a Miguel como: ¡Es una topadora!) 

Esa vocación, esa inteligencia y sensibilidad lo llevarían, inevitablemente, a gobernar la provincia. 

 

Una topadora para Santa Fe

El sueño de seguir transformando y de continuar el legado de Binner y Bonfatti estaba más vivo que nunca. Costó mucho esfuerzo y mucha militancia, pero se logró. Llenamos todos los rincones de la provincia con su nombre. A veces, lo llevábamos anotado en un papelito para no equivocarnos o usábamos el “copiar y pegar” cuando había que escribirlo en redes sociales. También nos costaba pronunciarlo, pero con el tiempo pudimos hacerlo. Ayudamos a instalar su nombre y logramos que los santafesinos y las santafesinas (sobre todo quienes no eran de Rosario) conozcan el nombre de la persona que iba a garantizar la continuidad de las políticas progresistas que estaban transformando la provincia.

En 2015 “Lifschitz, Lifchi, o simplemente Lischi”, era en cada localidad de la bota el sinónimo del legado y la continuidad de tanta transformación socialista.

Salud pública, paritarias docentes, obras públicas,infraestructura, la jerarquización de la cultura, la creación de normas para el mejoramiento de la justicia, muchas cosas que se hicieron y que había que continuar. Y así lo hizo. 

En su gestión como gobernador visitó todas las localidades de la provincia, todas. No quedó colonia o pueblo sin visitar. 

Miguel encontró en el contacto con la gente, no solo el deber de escuchar a los santafesinos y santafesinas sino también un disfrute personal.

 

Un PS fuerte para transformar la Argentina

Siempre pensó en un Partido Socialista que trascendiera a Rosario y Santa Fe y trabajó para crear consensos y equilibrios para hacerlo posible. Vivió la política con una pasión increíble y fue así, hasta sus últimos días, en los que volvió a recorrer distintos lugares de Santa Fe para dialogar con sus habitantes.

Llegamos a ese día. La Biblioteca Argentina de Rosario, esa obra que fue suya, se llenó de corazones socialistas y progresistas en su despedida. Se fue demasiado temprano y de golpe. 

La tristeza es enorme, pero nos queda un legado que ya es bandera de nuestro Partido Socialista. 

La política argentina perdió a uno de los grandes, de los imprescindibles.  Los y las socialistas perdimos a un queridísimo compañero, que toda su vida priorizó el trabajo, con responsabilidad, respeto por las ideas y por sobre todo, honestidad.  

Hoy te decimos hasta siempre Miguel. Y gracias por todo.