Desde las Juventudes Socialistas de la Provincia de Santa Fe ESTAMOS EN CONTRA DEL AJUSTE EN EL PRESUPUESTO NACIONAL 2019. Este proyecto que ya tiene media sanción va en contra de lxs argentinxs, de lxs jóvenes, las mujeres, y lxs que menos tienen. Sabemos que otro presupuesto es posible, y en Santa Fe lo estamos demostrando con una economía diferente.

Ante las medidas de ajuste que se profundizarán en 2019 es necesario revisar y reconducir la marcha de la economía argentina: es insostenible fijar el rumbo económico mirando los mercados. Es hora de poner el foco en la gente y dejar de profundizar la crisis para cumplir las exigencias del FMI.

Este PRESUPUESTO NACIONAL NOS AFECTA EN 4 PUNTOS CENTRALES: Transporte; Educación; Obras Públicas; y Tarifas Sociales. Con respecto a la primera, lo vamos a ver en  la eliminación de los subsidios para el transporte urbano e interurbano por una cantidad de 3600 millones de pesos, vale decir que sólo se elimina el subsidio al interior del país, manteniendo los mismos en CABA y profundizando las desigualdades al interior del país, que se verá reflejado en el aumento de los pasajes, calidad del servicio, frecuencias, entre las más importantes.

En el área de educación, el recorte del presupuesto proyectado para las 57 universidades nacionales para el año que viene muestra un desfinanciamiento del Sistema, que crece sólo un 29,75% y en una cantidad importante de universidades sólo del 22 al 25% (más de 15 puntos menos, considerando la inflación estimada), también desaparecen las metas de becas para los estudiantes de bajos recursos y de carreras prioritarias, y se reduce el presupuesto y el número de beneficiarixs del PROGRESAR: 35% beneficiarixs menos con respecto a 2017.

 En este sentido podemos observar un proceso creciente de mercantilización de la educación, donde se le otorga prioridad al privado y se refleja en el enorme incremento de la deserción estudiantil ocurrido el último año.

 En lo referido a Obras Públicas hay recortes en las partidas totales y nuestra Santa Fe sigue rezagada en cuanto a las partidas asignadas, donde sólo un 6% del total se destina hacia nuestro territorio provincial.

Por la última variable podemos decir que la eliminación del aporte a la tarifa social eléctrica afectará a más de 200 mil usuarixs santafesinxs que lo van a perder el próximo año, equivalente a 2.500 millones de pesos.

Por otro lado hay más datos importantes, como la eliminación del fondo sojero que implica un recorte de $2.500 millones para la provincia, recursos que principalmente se destinan a la realización de obras de infraestructura sanitaria, educativa y de vialidad.

A esto se le suma el no pago de la deuda por coparticipación contraída por el anterior gobierno nacional y sostenida por el actual, que asciende a más de 50.000 millones de pesos que podrían ser destinados al desarrollo productivo para combatir la crisis en la que estamos transitando.

Estos recortes afectan principalmente a los estratos jóvenes, ya que se han eliminado las escasas políticas públicas de juventudes e incentivo al trabajo existentes años atrás, produciendo un perjuicio a la hora de conseguir nuestro primer empleo, y en el caso de conseguirlo se hace cada vez más difícil mantenerlo. El aumento de la informalidad se visualiza en el surgimiento de nuevas formas de precarización laboral, donde se incorporan trabajadorxs sin la obligación de pago de aportes por parte de los empresarios, lo cual genera una situación de mayor vulnerabilidad para lxs jóvenes.

Las mujeres en el sistema patriarcal en el que habitamos también componen un sector vulnerado, ya que siguen percibiendo salarios menores al de los varones. Además el gobierno destina recursos mínimos e insuficientes al área de género, evitando combatir casos de violencia que afectan a las mujeres por su condición de género.

Estamos en un contexto nacional complejo: de crisis económica, de ajuste de las políticas sociales para lxs sectores con mayores condiciones de vulnerabilidad, de recorte de lo público, de un achicamiento del Estado, y de un proceso cultural de individualización cada vez más profundo, acompañado y potenciado por el auge de los medios de comunicación hegemónicos. El 2018 nos va dejando como conclusión un año donde nuestro país aumentó su deuda externa en niveles impensados, la vuelta al pasado en materia de políticas económicas de la mano de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que implica una reforma neoliberal del mercado, donde figura la reforma previsional, la flexibilización del mundo laboral y la implantación del sistema de Cobertura Universal de Salud, que busca desfinanciar uno de los bastiones del progresismo en Santa Fe, que tiene que ver con un sistema de salud orientado a la inclusión, la calidad y la producción de insumos por parte del Estado. El gobierno nacional sostiene una economía inestable y un incremento de la inflación que pareciera no tener solución, el fin o desmantelamiento de programas sociales (como Conectar Igualdad, Asistir, PROGRESAR, FinEs), el cierre de ciertos ministerios fundamentales para el desarrollo de la sociedad en su conjunto, como lo son el de Salud, Trabajo y Ciencia y Tecnología, sumados a otros 7 (con los respectivos ajustes presupuestarios en dichas materias).

Sin embargo creemos que otro presupuesto es posible en el país, porque en Santa Fe lo venimos demostrando con un modelo económico propio que nos diferencia. Nuestra provincia es una de las pocas que todavía tiene balances con superávit en lo que va del año, o donde los puestos de trabajo en la construcción y otras áreas siguen creciendo con mucha fuerza, propio de un plan de inversión pública. A su vez es una de las dos provincias que encabeza un ranking elaborado por la ASAP (Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública), donde se demuestra la transparencia en el manejo de los recursos. Se suma a esto una serie de políticas integrales muy importantes, como el Plan Vuelvo a Estudiar, el Ingenia, el Plan Abre, el programa Nueva Oportunidad, entre muchas otras herramientas que nos piensan a lxs jóvenes como sujetxs sociales y no como un número más, posible de ajustar.

¡Hay otra forma de pensar, de hacer las cosas y de transformar la realidad! Porque no fue fácil, porque nos llevó mucho esfuerzo, porque se conquistaron muchos derechos: en estos momentos difíciles necesitamos más que nunca defender lo construido en Rosario y Santa Fe y seguir trabajando juntxs por una sociedad cada día más justa y solidaria.